FILOSOFIA Y CIENCIA.

6 Septiembre 2010.

La teología aquí no tiene nada que ver porque es un estudio que se basa solo en creer en algo que no existe y que además es imposible. Nietzsche la matiza como la más larga mentira.

La inmensa mayoría de los grandes filósofos de todos los tiempos, no teológicos claro está, han dejado bien sentado que el hombre es el centro de todo lo conocido; el mismísimo Kant que durante algún tiempo estuvo muy presionado para decir lo contrario no dudó en su etapa final al sentenciar que dios filosóficamente no era un causante sino una búsqueda de fé.

Aristóteles, el más grande pensador de la Historia, lo dejó insuperablemente definido y toda la Ciencia en su largo camino no ha hecho más que demostrarlo a golpe de prueba tras prueba. Así, el último ejemplo lo ha proporcionado Hawking en su libro "El gran diseño" quien ha concluido que, "no es necesario invocar a dios... para que el universo exista". Coincidiendo, al ciento por ciento conmigo como grandes discípulos aristotélicos, en la afirmación absoluta e irrefutable de que el universo se crea a partir de la nada en potencia, es decir de la posibilidad y capacidad del ser y existir "la creación espontánea es la razón por la que hay algo en lugar de nada, por la que existe el universo, por la que nosotros existimos".

La teoría-M, proposición que unifica las distintas teorías de las supercuerdas, unifica la teoría cuántica que desarrolla el universo subatómico con la de la gravedad que explica la interacción de los objetos a escala cósmica. Es otro ejemplo más y definitivo que cimienta la imposibilidad de un dios omnipotente creador de todo.

El biólogo R. Dawkins, autor del libro "El Espejismo de Dios", ha dicho muy certeramente que "el darwinismo expulsó a dios de la biología, el hawkingismo en física le ha asestado el golpe de gracia".

Crisoldeltiempo.

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